Dentro de los dos grandes tipos de acuarios que hay (los acuarios de agua dulce y los de agua salada), estos últimos se subdividen a su vez en acuarios “Fish Only”, el más clásico, y acuarios de arrecifes, los más sofisticados y difíciles de mantener.
Crear un ecosistema marino es un sueño para muchos de los amantes de la acuariofilia, pero su realización aunque es fascinante, requiere una exigencia y una dedicación grande. Pero, ¿por qué son tan exigentes este tipo de acuarios? En las siguientes líneas trataremos de contestar a todas las dudas que puedan haber entorno a ellos.
Particularidades de los acuarios de agua salada
En un acuario de agua de mar debemos agregar un determinado número de sal. Concretamente hay que agregar entre 33 y 35 g de sal por litro de agua. Igualmente debemos tomar precauciones para verterla y controlar diariamente que la densidad sea la adecuada.
El agua del mar es 25 veces más densa que el agua dulce, por lo tanto es mucho más difícil oxigenarla. Para llenar un acuario de agua salada hay que hacerlo con agua purificada mediante ósmosis inversa a través de un sistema de ósmosis inversa. Y es que ciertas sustancias del ciclo del agua en un acuario como el amonio, por ejemplo, son toleradas por los peces de agua dulce, pero son perjudiciales para los peces de agua salada.
El filtro de un acuario de agua salada también necesita de unas características especiales. Y también tendremos que usar un skimmer, espumador o separador de proteínas para eliminar las proteínas del agua antes de que se deterioren.
Características especiales de los acuarios de agua salada
Un ecosistema marino sólo puede lograrse con un acuario grande de al menos 250-350 litros, a diferencia de los 120 litros en los que se puede montar uno de agua dulce. Un acuario de este tamaño es más voluminoso, y también más caro de comprar y de mantener.
En un acuario de agua salada comenzamos con la instalación de "piedras vivas" (piedras colonizadas por bacterias y microplancton), que desempeñan un papel importante en el ecosistema, pero que requieren de una larga fase de espera hasta que estas piedras vivas se asientan. La espera puede durar al menos dos meses.
En los mares tropicales los corales y los peces coexisten sin problemas. En el ambiente cerrado de un acuario es muy diferente. Las necesidades de los corales son incompatibles con las de un gran número de peces, por ello existen dos tipos de acuarios de agua salada como veíamos al principio: los acuarios “Fish Only” y los acuarios de arrecife.
Acuarios “Fish Only”
Este tipo de acuarios también son llamados FO, por sus siglas. Son acuarios de agua salada con solamente peces, sin corales duros, debido a la incompatibilidad de la mayoría de los peces con los corales. La principal ventaja de estos acuarios es la cantidad de peces entre los que podemos elegir.
Para los que empecéis en esto, debéis saber que en el mercado hay acuarios totalmente equipados. No pienses que el tamaño es mejor cuanto más pequeño, porque en dimensiones reducidas es difícil controlar los valores y las propiedades del agua estables. Hazte con un tanque de al menos 200 litros, aunque como decíamos antes 250-350 es lo ideal.
Acuarios de arrecife
Lo más complicado en este tipo de acuarios es tener paciencia, porque en él muchos elementos tienen que madurar antes de dar los siguientes pasos. Además en estos hay que tener mucho más presentes los niveles de pH y de temperatura. Eso sí, en este tipo de acuarios el tamaño grande no es tan imprescindible, aunque igual que ocurre con los FO, cuanto más grandes más sencillos son de mantener y de darle estabilidad.